Al empezar este blog, tenía claro que quería escribir sobre Kathrine Switzer, la primera mujer en correr la maratón de Boston con dorsal, en 1967.
Me hizo mucha ilusión preparar el workout con un vídeo en el que ella cuenta su historia sin pelos en la lengua. Si te lo perdiste, te lo dejo aquí. Prepárate para una buena dosis de piel de gallina.
En una época en la que la distancia más larga considerada «apta» para una mujer era milla y media (un poco menos de 2,5 km), tuvo que aguantar las burlas de los periodistas que le preguntaban que cuándo iba a parar. También tuvo que mantener la calma cuando Jock Semple, el organizador de la carrera, se lanzó sobre ella para intentar sacarla a la fuerza.
Dicen que correr una maratón es como la vida, hay que superar muchos obstáculos, y salir victorioso depende de tu actitud.
Desde luego para Switzer fue así. En muchas entrevistas cuenta que empezó a correr como una chica pero que acabó como una mujer. Transitó por diferentes estados emocionales, sintiendo ilusión, desconcierto, enfado y sobre todo, mucho miedo.
Lo lógico hubiese sido tirar la toalla. Correr una maratón es duro, pero hacerlo en esas circunstancias un desafío enorme. Y en vez de hacer lo que todos esperaban que hiciese, supo que acabar esa carrera era un must. No tenía elección.
I´m going to finish this race on my hands and on my knees if I have to.
Como es bien sabido, su hazaña cambió para siempre el running femenino posibilitando que la mujer pudiese participar en la maratón de Boston 5 años más tarde y que se celebrase la primera maratón olímpica para mujeres en Los Ángeles en 1984. Olé por Kathrine.
Pero muchas veces las grandes historias se llevan por delante las pequeñas que también merecen ser contadas.
Life is too short not to forgive.
Kathrine no solo perdonó al «malo de la película», sino se hizo amiga. Comprendió que Jock Semple era «un producto de su tiempo» y que su torpe intento de sacarla era para proteger lo que era su vida, la maratón de Boston.
La fotografía en la que posan juntos es la que apareció en 1973 en The New York Times con el título The end of an era.
Fue a partir de ese momento cuando empezaron a participar juntos en actos y charlas sobre el deporte que tanto les unía. En el acto promocional de la autobiografía de Jock Semple, ella participó como invitada sorpresa.
Y como no podía ser de otra manera, lo hizo saltando al podio abalanzándose sobre él como si fuese perseguida. Un pequeño gran guiño.
Para conocer más en detalle su historia, echa un ojo a su página web. Si te gustan los podcasts para runners, te recomiendo que sigas The Six Minute Mile Podcast, uno de mis favoritos. En este episodio la protagonista habla sobre su relación con Jock Semple a lo largo de los años. Y por supuesto, también puedes leer la autobiografía, Marathon woman.
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Inspirador artículo. Y muy bueno el workout; está genial para practicar el listening, la gramática y el vocabulario. Tendré que mirármelo de nuevo para sacarle todo el jugo. Thanks!